jueves, 17 de abril de 2014

IUS O LEX

Sus ojos están vidriosos. Su mirada perdida en un laberinto de puertas cerradas. Y no piensa porque no puede, ya sabe que no hay salida posible. Quizá lo pasó mal cuando pidió ayuda, pero fue el acto más valeroso de su vida. No la ayudaron. 67 años de trabajo duro para tener un retiro digno y descansado. Su marido 68 años. Avalaron a su hijo mayor y se quedó en el paro. Qué más da como fue. A los otros cientos de miles les habrán pasado cosas parecidas o no, pero con el mismo resultado: perderlo todo. Gira y gira la alianza en su adelgazado dedo, vetusto de pellejos y disgustos. Gira y gira en su mente recuerdos de infancia. Giran sus anhelos de juventud, sus ilusiones frustradas por la dama de la balanza y la espada. Nadie mejor que ella puede entender el significado de la espada, pero, la balanza? Representa la igualdad. El banco se ha quedado 2 pisos y aún se le debe bastante. Ellos lo han perdido todo y deben bastante. El banco recuperará su inversión y probablemente más. Ellos no. Gira su alianza que se agarra a su dedo desde que se casó siendo aún una cría. De vez en cuando mira de soslayo a su marido en la butaca de al lado, con la mirada perdida, ocultando una lágrima mientras se acomoda las gafas. Y ella se pregunta si en la cabeza de su marido giran los pensamientos de decepción, la amputación de sus ilusiones juveniles. Él la mira si se percata y llora. Siempre trabajó, pero su pensión es la que es. Podían negar el aval a su hijo? Después de lo sufrido, saben que lo volverían a hacer. Recuerdan cuando nació su pequeñín y lo contentos que estaban. Se han desvivido por él siempre. Sus vecinos y familiares los han apoyado en lo posible. Nunca han hecho nada malo a nadie. Al contrario. Son simplemente buenos. No hay derecho, sino ley. Decía Thomas Hobbes en su Leviatán que se acostumbra a confundir ius y lex, derecho y ley. El primero consiste en la libertad de hacer o de omitir, mientras que la ley determina y obliga a una de esas dos cosas. Es decir, la ley y el derecho difieren tanto como la obligación y la libertad, que son incompatibles cuando se refieren a una misma materia. El derecho natural o jusnaturale del hombre es la libertad de usar su poder como su juicio o razón consideren más oportuno para la conservación de su propia naturaleza, es decir, su propia vida. Y unas líneas más adelante comenta Hobbes sobre la Ley fundamental de naturaleza que no existe nada que no pueda servir al hombre de instrumento para proteger su vida contra sus enemigos, por lo que todo se resume en buscar la paz mientras haya esperanza para lograrla y cuando esta no sea posible, debemos defendernos con todos los medios posibles. Pese a ser uno de los grandes autores, no comprende que el ser humano no siempre se protege a sí mismo como diría el derecho natural. Ellos saben que la ley ha podido con su derecho y ya no tienen más camino que recorrer que el de la miseria y la misericordia. Lo han hablado y se han puesto de acuerdo. Todo acabará el día del desahucio. Cuando vengan, los encontraran en el melindroso sendero de la paz perpetua. Serán buenos ciudadanos que han cumplido con el pacto contractual y con la ley hipotecaria. Los bancos tendrán sus pisos y los abogados y los notarios sus honorarios. La ley y sus agentes ganarán. El derecho perderá. Sus hijos llorarán. Tras el enésimo giro del anillo, se levanta y grita: pues no me da la gana!! Su marido, incrédulo, la abraza. Habrá batalla.